IL POSTINO
- Desde hace algunos meses merodea mi hostería ese tal Mario Ruoppolo. Este señor se ha insolentado con mi hija de apenas dieciséis años.
- ¿Qué le ha dicho?
La viuda escupió entre los dientes:
- Metáforas.
El poeta tragó saliva.
- ¿Y?
- ¡Que con las metáforas, pues Don Pablo, tiene a mi hija más caliente que una termita!
- Es invierno, Doña Rosa.
- Mi pobre Beatríz se está consumiendo entera por ese cartero. Un hombre cuyo único capital son los hongos entre los dedos de sus pies trajinados. Pero si sus pies bullen de microbios, su boca tiene la frescura de una lechuga y es enredosa como un alga. Y lo más grave, Don Pablo, es que las metáforas para seducir a mi niñita las ha copiado descaradamente de sus libros.
- ¡No!
- ¡Sí! Comenzó inocentemente hablando de una sonrisa que era una mariposa. ¡Pero después ya le dijo que su pecho era un fuego de dos llamas.
IL POSTINO (EL CARTERO)
La banda sonora de la película fue compuesta por Luis Enríquez Bacalov, pianista compositor y director de orquesta argentino, ganó el Oscar en esa oportunidad. Un aroma de dulce de manzanas susurra la melodía, teje una caricia de sueños, que perfuman el aire, el cielo y el mar que sirve de contexto a este encuentro del hombre con la palabra. Suficiente motivo para celebrar la vida.
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